Julie y la noche de Halloween
Desde hace mucho mucho tiempo, todos los años, el día 31 de Octubre, se celebra la terrorífica noche de Halloween en el pequeño pueblo llamado Kingtown, aunque la mayoría de sus habitantes la conoce como la noche de brujas.
Kingtown es un pueblo de montaña situado en lo alto de la colina, y al caer el sol, aparece una espesa niebla entre sus calles, dificultando la visibilidad de los pocos vecinos que allí viven.
Hoy era Halloween, y la niebla estaba por todos lados, casi no se podía ver a la gente que se había disfrazado de zombis y brujas, que iban caminando hacia la plaza del pueblo, donde había un relato de historias de miedo.
Sin embargo, Julie que iba disfrazada de bruja, tuvo una extraña sensación que le hizo sentir escalofríos por todo el cuerpo. Según se iba acercando a la plaza del pueblo, eran más fuertes los escalofríos, aunque no conseguía ver nada, pues la niebla lo impedía…
De repente, cuando estaba entrando en la plaza, vio a mucha gente disfrazada, pero todos estaban disfrazados igual “¡¡Son todos zombis!!” pensó Julie. Pasados unos minutos, se dio cuenta que todos andaban igual, y que iban caminando hacia el mismo lugar, el cementerio…
“Ahhhh!“, gritó Julie cuando vio que un zombi pasó a su lado, y vio que no era un vecino disfrazado de zombi, sino que era un auténtico zombi. Julie no podía creerlo, así que fue a ver a otro zombi que pasaba a su lado para ver si realmente era un zombi, y sí, era otro más…
Temblando de miedo, Julie salió corriendo de la plaza, aunque con el disfraz no podía correr muy rápido, por lo que un zombi que estaba detrás de una gran banco de niebla, la cogió por el brazo. “Socorro, suéltame, suéltame“, gritaba Julie con la esperanza de que alguno de sus vecinos pudiera oírle e ir en su ayuda. Mientras tanto, el zombi la iba llevando hacia el cementerio… pero de repente, Julie escuchó un ruido “Ring, Ring, Ringggg“.
Todo había sido un sueño, Julie había tenido una pesadilla con zombis porque justo antes de irse a dormir, había visto una película de miedo la noche de Halloween. Tan mal lo pasó, que una lección aprendió y es que los niños no deben ver películas de miedo por la noche.